Pablo, mi proveedor de cortinas de enrollar, hacía varios meses me comentaba su intención de refaccionar el ph que habitaba con su pareja. El advenimiento de la pandemia por covid 19 con el encierro que trajo aparejado, los terminó de empujar a concretar el ansiado y dilatado proyecto. Me llamaron para comenzar con las tareas de anteproyecto.
Como hacemos siempre en el estudio, primero relevamos, entrevistamos, armamos el programa de necesidades y elaboramos diferentes propuestas y alternativas.
La vivienda se desarrollaba en planta alta y en planta baja funcionaba la fábrica original de cortinas de enrollar fundada por el padre de Pablo. La idea de ambos era reducir el espacio destinado a fábrica que ya no requería tantos metros y ampliar la vivienda integrando planta baja y planta alta. Con esta premisa trabajamos en varias opciones hasta elegir entre todos la más satisfactoria.
La vivienda ganó en iluminación, ventilación, calidad espacial, comodidad. Un antes y un después radical.
En planta baja se armaron cocina-comedor, sala de estar, toilette y escalera en torno al patio central. Atrás, el taller, también con acceso desde el patio principal. En planta alta, el dormitorio preexistente en suite, el nuevo dormitorio un hijo itinerante (en la vieja cocina) y el lavadero más terraza.